Crecí en un lugar donde la tecnología llegaba con retraso o no llegaba del todo. De niño veía cómo los microordenadores iban ocupando estantes en las tiendas y me quedaba fascinado observándolos desde la distancia, consciente de que no era algo al alcance de mi familia. Un día mis padres llegaron a casa con un Atari 1040 ST y aquello cambió mi vida: no existía internet en casa, pero al pulsar una tecla y ver algo aparecer en pantalla sentí que estaba en el futuro. Fue el primer paso hacia una carrera en el mundo digital que todavía hoy continúa.

En aquellos años aprendí a imaginarme como quien domina un teclado sin mirar, como los expertos que veíamos en las películas. No había formación accesible como ahora, pero la simple posibilidad de experimentar bastó para encender una pasión. Monté mis primeras torres, aprendí HTML con banners de colores, instalé programas y entendí que la informática podía ser mi profesión. Mirando atrás, sé que si hoy soy profesional del sector se lo debo a esa decisión sencilla y enorme de mis padres.

Al avanzar en mi trayectoria profesional sentí la contradicción de ser uno de los pocos de mi clase social en cambiar de entorno. A veces me invadía la culpabilidad del superviviente y el síndrome del impostor: dudas sobre si pertenecía a ese espacio, miedo a ser delatado por no compartir ciertos códigos culturales. Fue un proceso de aprendizaje personal: asumir el propio recorrido, buscar referentes y entender que muchas personas de entornos distintos libran batallas similares. Saber que no estaba solo alivió y reunió.

Con los años quise devolver lo recibido. Trabajé en la constitución de un equipo tecnológico para un servicio público dedicado a la adquisición de competencias digitales, donde conocí a profesionales comprometidos con llevar la alfabetización digital a todos los territorios. Ese trabajo, condicionando por la política y los recursos, me permitió cerrar un círculo: el niño que tuvo acceso al ordenador empezó a colaborar para reducir la brecha digital que dejó a tanta gente fuera de la revolución tecnológica.

Ahora, tras décadas en el sector, continúo defendiendo la inclusión en tecnología. Es un reto que requiere constancia: no basta con señalar desigualdades, hay que construir mecanismos que faciliten el acceso real a formación, empleo y espacios de decisión. Esto incluye ofrecer oportunidades en áreas clave como aplicaciones a medida, software a medida, servicios cloud aws y azure, inteligencia artificial, ciberseguridad y servicios inteligencia de negocio. Cada uno de estos ámbitos abre puertas a carreras y proyectos transformadores.

En ese espíritu nace Q2BSTUDIO, una empresa de desarrollo de software y aplicaciones a medida especializada en soluciones que combinan ingeniería, seguridad y datos. En Q2BSTUDIO diseñamos soluciones de software a medida para empresas que necesitan productos robustos y escalables, desarrollamos aplicaciones a medida para procesos concretos y ofrecemos servicios de inteligencia artificial orientados a resultados para negocios que quieren aprovechar la automatización y los agentes IA. Asimismo trabajamos en ciberseguridad y pentesting para proteger activos críticos y en servicios cloud aws y azure para desplegar infraestructuras seguras y eficientes.

Nuestros servicios de inteligencia de negocio y Power BI permiten transformar datos en decisiones accionables, mientras que nuestras propuestas de ia para empresas buscan optimizar procesos, generar insights y crear agentes IA que amplíen la capacidad operativa de los equipos. Creemos que la tecnología debe ser inclusiva y accesible, y por eso acompañamos a organizaciones de distintos tamaños y sectores a consolidar su transformación digital.

Si hay algo que aprendí desde aquel Atari hasta hoy es que la oportunidad de tocar una máquina puede cambiar un destino. Por eso es fundamental que las políticas públicas, las empresas y las comunidades colaboren para que más personas puedan disfrutar de esa oportunidad. No se trata de caridad: se trata de inversión en talento, en equidad y en futuro. Cuando abrimos puertas a la diversidad, la innovación se enriquece y la industria tecnológica se vuelve más sólida y representativa.

Mi mensaje a las nuevas generaciones es sencillo: sentíos legítimos. El camino será exigente porque el sistema no siempre está diseñado para reforzar vuestra confianza, pero la perseverancia y la comunidad lo hacen posible. A quienes ya están en posiciones de responsabilidad les pido que faciliten el acceso y no deleguen a los interesados la resolución de problemas estructurales. Hay que crear espacios, ofrecer herramientas y compartir conocimiento para que surjan nuevas voces y proyectos, incluida la próxima gran startup o la próxima unicornio tech que nazca en un barrio popular.

Yo hago una pausa con respecto a mi país porque necesito mirar desde la distancia y recargar fuerzas, pero no abandono el compromiso. Confío en que muchas personas y organizaciones seguirán trabajando para una tech más inclusiva y diversa. Mientras tanto, en Q2BSTUDIO continuamos desarrollando software a medida, integrando inteligencia artificial y ofreciendo servicios de ciberseguridad y cloud para que las empresas de todo tamaño puedan competir con herramientas modernas y seguras. Si quieres saber más sobre nuestras soluciones de inteligencia artificial y cómo aplicarlas en tu negocio visita nuestra página de inteligencia artificial donde explicamos cómo ayudamos a las empresas a transformar retos en oportunidades.

La historia empezó con un Atari y sigue viva en cada proyecto que contribuya a cerrar la brecha digital. La tecnología puede y debe ser un motor de inclusión. Hagámosla entre todos, con aplicaciones a medida, soluciones de inteligencia de negocio, agentes IA y medidas serias de ciberseguridad para proteger lo que construimos.