La semana pasada, OpenAI, Anthropic, Google, Microsoft y AWS donaron conjuntamente la infraestructura de agentes a la Linux Foundation, un movimiento que para muchos no tiene sentido si creyeran que un solo modelo alcanzará la AGI en 2 o 3 años. No se estandariza la fontanería cuando se piensa que se va a construir una deidad. La donación sirve para impulsar la Agentic AI Foundation, que arrancó con tres proyectos clave: el Model Context Protocol MCP para conectividad, el motor de ejecución goose de Block y el documento AGENTS.md de OpenAI para instrucciones. Juntos ofrecen una pila completa para crear sistemas de IA componibles, herramientas especializadas que interoperan mediante interfaces estándar.

Este cambio no es un detalle técnico menor. Es la admisión tácita de que nadie podrá hacerlo todo por sí mismo. Durante años intentamos diseñar inteligencia general desde primeros principios y escalando modelos. Los resultados fueron notables pero presentan límites físicos y económicos. Tim Dettmers articuló claramente el problema físico: la computación no es una abstracción flotante, ocurre en silicio y está limitada por la velocidad de la luz, la termodinámica y leyes geométricas. Mover información global hacia vecindarios locales escala mal con la distancia y la memoria se vuelve cada vez más costosa respecto al cómputo. Las GPU mostraron mejoras dramáticas hasta alrededor de 2018; desde entonces las ganancias provinieron de optimizaciones puntuales que podrían agotarse en pocos años más. El transformador ya está cerca de un óptimo físico y no parece haber una rediseño milagroso esperando para liberar otra orden de magnitud en capacidad pura.

Si la ingeniería a gran escala por sí sola no garantiza la AGI, la alternativa es la emergencia, el mismo principio que dio lugar a la inteligencia en la naturaleza. El físico Philip Anderson lo explicó en 1972 con la idea de que más es diferente: descomponer un sistema en piezas fundamentales no permite automáticamente reconstruir comportamientos complejos. A cada nuevo nivel de complejidad emergen propiedades enteramente nuevas.

La colonia de hormigas es un ejemplo clásico. Deborah Gordon mostró que una hormiga individual no es especialmente brillante, pero el colectivo resuelve problemas complejos mediante reglas simples y coordinación a través del entorno, un fenómeno llamado stigmergia. De forma análoga, las neuronas no contienen conciencia por separado; la conciencia surge de millones de interacciones locales. No hay un controlador central que lo dirija todo.

La misma pauta aparece en infraestructura tecnológica que conocemos bien. El diseño de DARPA y el protocolo TCP IP pusieron la inteligencia en los extremos y mantuvieron la red simple, permitiendo una escala imprevisible y resiliencia frente a fallos. La filosofía Unix de crear herramientas pequeñas que se combinan mediante interfaces estándar dio lugar a sistemas mucho más potentes que cualquier monolito. Kubernetes siguió ese patrón: en lugar de hacer máquinas virtuales gigantes se creó un ecosistema de contenedores y orquestación que produce comportamientos sofisticados por composición.

Visto así, el MCP tiene sentido estratégico. Con millones de descargas mensuales de SDK y adopción por parte de proveedores como Claude, ChatGPT, Gemini, Microsoft Copilot, Cursor y VS Code, MCP está emergiendo como el TCP IP de los agentes de IA: un protocolo para conectar modelos con herramientas, datos y servicios. Cuando los principales competidores adoptan un protocolo común, están apostando por un mundo donde ningún sistema único lo resuelve todo, sino donde el valor surge de la combinación de agentes especializados.

Esto no significa que la IA no vaya a transformar industrias. Significa que la ruta probable no es escalar hasta una AGI monolítica. Es más plausible un ecosistema de agentes IA y herramientas componibles que, al conectarse mediante estándares, generen inteligencia colectiva capaz de resolver tareas empresariales complejas. Esa aproximación encaja con estrategias que priorizan la difusión económica de capacidades por toda la industria en lugar de una mentalidad winner take all.

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