Lo que aprendí al darle a la gente la opción de elegir entre tipos de transporte nace de un reto real: rediseñar un formulario de pedido para una plataforma de transporte con 360M de usuarios dentro de un monolito de 7 años. El ejercicio mezcló ingeniería, producto y psicología del usuario y dejó lecciones claras sobre código legado, hábitos de usuarios y cómo evitar romper producción.

Primero, comprender el contexto fue imprescindible. Un monolito de 7 años implica dependencias ocultas, esquemas de base de datos delicados y rutas críticas que no se pueden tocar sin pruebas y despliegues controlados. Antes de cambiar la UI evaluamos flujos, métricas y puntos de integración con pagos, geolocalización y gestión de tarifas. Documentamos supuestos y mapeamos casos de uso para que el cambio fuera incremental y reversible.

Diseñar la opción de elegir tipo de transporte exigió respeto por los hábitos de los usuarios. Muchos clientes esperan un flujo rápido y prefieren valores por defecto sensatos. Introdujimos una selección clara pero no intrusiva, usando jerarquía visual y microcopy para explicar diferencias entre opciones sin añadir fricción. Probamos variantes con A B testing y feature flags para medir impacto en conversión y tiempo hasta el primer toque.

Desde la ingeniería aplicamos principios de cambio seguro. Implementamos un adapter layer para aislar el nuevo formulario del monolito, añadimos pruebas end to end y contract tests para integraciones críticas y ejecutamos pruebas de carga con escenarios reales. El despliegue por fases con canary releases y monitorización en tiempo real nos permitió detectar degradaciones y hacer rollback rápido antes de afectar a la mayoría de usuarios.

Romper producción fue una realidad que enfrentamos early en el proyecto. Un cambio lateral en el algoritmo de asignación de vehículos generó latencias que escalaron a picos de errores. La lección fue tener alertas orientadas a negocio y playbooks de incident response. Tras el incidente hicimos postmortem, automatizamos pruebas de carga y mejoramos visibilidad con trazas distribuidas y dashboards en tiempo real.

El proyecto también demostró la importancia de la iteración multidisciplinaria. Diseñadores, research, backend, QA y operaciones trabajaron con sprints cortos y objetivos claros. La telemetría cualitativa y cuantitativa nos ayudó a ajustar textos, defaults y restricciones de UI para que la nueva funcionalidad fuera adoptada sin confundir a usuarios recurrentes.

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Complementamos el desarrollo con servicios cloud aws y azure para despliegues robustos, ciberseguridad y pentesting para proteger datos sensibles, y plataformas de inteligencia de negocio como power bi para monitoreo y análisis avanzado. Ofrecemos también automatización de procesos para reducir errores humanos y acelerar ciclos de entrega.

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En resumen, dar a los usuarios la opción de elegir entre tipos de transporte es más que un cambio visual. Es un proyecto técnico y de producto que exige respeto por los hábitos, disciplina en ingeniería y observabilidad. Con la estrategia correcta se pueden introducir mejoras significativas sin romper producción y generando valor medible para el negocio.