Cómo aprende la IA: Descenso de gradiente explicado a través de una aventura ahumada de arroz Jollof a medianoche
Muchos aspectos del mundo moderno ahora están impulsados por la inteligencia artificial y esto ha acelerado de manera significativa la civilización humana; desde la detección más rápida de enfermedades hasta la toma de decisiones automatizada, desde avances en imagen médica hasta la adopción silenciosa y rápida de la IA en despachos legales y en el sistema judicial. La inteligencia artificial está transformando también el futuro de la agricultura y su impacto se percibe en casi todos los sectores. Aun así, a pesar de este enorme progreso, muchas personas no entienden de dónde surge realmente el poder de la IA. La capacidad de una IA para identificar errores y mejorar de forma iterativa es asombrosa y detrás de esa magia hay un algoritmo matemático sencillo y poderoso llamado descenso de gradiente.
Imagina una aventura nocturna en busca de un arroz jollof ahumado. Has vuelto a casa por acción de gracias y tu madre cocinó un jollof tan delicioso que en plena madrugada no puedes resistir el aroma. Caminas hacia la cocina con las luces apagadas y la casa es como una hoja de papel cuadriculado: el eje X representa izquierda y derecha, el eje Y adelante y atrás. Tu posición inicial es el punto 1,1 y la cocina está en 3,4. Necesitas una forma de medir cuán lejos estás del objetivo; esa medida será la función de pérdida que te indica qué tan equivocado estás.
Si usamos distancia al cuadrado como pérdida tenemos Loss(x,y) = (x - 3) al cuadrado + (y - 4) al cuadrado. En el punto inicial 1,1 la pérdida es 13, lo que indica que estás lejos. Si pruebas moverte un paso pequeño hacia la derecha o hacia adelante y recalculas la pérdida, verás si te acercas o te alejas. Esa prueba manual es costosa, así que el descenso de gradiente usa un atajo matemático: la derivada o gradiente. Para la variable x la derivada es 2(x - 3) y para y es 2(y - 4). En 1,1 el gradiente es -4 en x y -6 en y, lo que indica la dirección y la magnitud de la mejora local.
El procedimiento de actualización es simple: nueva posición igual a posición vieja menos tasa de aprendizaje por el gradiente. La tasa de aprendizaje controla cuánto te mueves en cada paso; si es muy pequeña tardas demasiado, si es muy grande puedes pasarte. Con una tasa de 0.1 el primer paso te lleva a 1.4, 1.6 y reduce la pérdida de 13 a 8.32. Repetir este proceso varias veces te acerca al mínimo global porque la función de pérdida es convexa en este ejemplo, pero en problemas reales el paisaje de pérdidas es complejo con colinas, valles y mesetas.
En aprendizaje automático real no son solo dos parámetros, sino millones o incluso miles de millones de pesos en una red neuronal. En lugar de la distancia al cuadrado se usan funciones de pérdida como entropía cruzada o error cuadrático medio. Aun así, el motor incansable que optimiza esos parámetros suele ser el descenso de gradiente o alguna de sus variantes inteligentes como Adam o RMSProp. El principio sigue siendo el mismo: medir la dirección en la que la pérdida disminuye y seguir esa dirección hasta que la mejora sea mínima o el gradiente se aproxime a cero.
Existen variantes prácticas del algoritmo que conviene conocer: el descenso de gradiente por lotes usa todo el conjunto de entrenamiento para calcular un paso y puede ser preciso pero lento. El descenso de gradiente estocástico toma un ejemplo aleatorio por paso, lo que lo hace rápido y ruidoso; ese ruido a veces ayuda a escapar de mínimos locales pero puede causar oscilaciones alrededor del mínimo. La variante intermedia es el mini batch que calcula el gradiente sobre pequeños lotes de ejemplo, por ejemplo 16 o 32, y suele ser el equilibrio entre estabilidad y velocidad.
Entender el descenso de gradiente revela que la IA no nace perfecta sino que dispone de una metodología fiable para volverse menos equivocada de forma rápida y repetida. Ese mismo principio tiene eco en el aprendizaje humano: reflexionar sobre errores y ajustar el comportamiento es una forma natural de descenso de gradiente mental.
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