Deja de preguntar "¿lo usarías?" (aquí tienes qué hacer en su lugar)
He construido cosas que nadie llegó a usar. Más de una vez. Lo frustrante al mirar atrás era creer que había validado la idea antes de desarrollar. Preguntaba a la gente si lo usarían, decían que sí y al lanzar no lo usaban. Esto sucede porque las preguntas hipotéticas obtienen respuestas hipotéticas.
Cuando preguntas a alguien si usaría algo, le pides que prediga su comportamiento futuro. La gente no es buena en eso y además suele ser amable, no quiere apagar tu entusiasmo, así que responde afirmativamente. Pero hay una gran distancia entre decir que probablemente lo usarían y realmente registrarse, aprender a usarlo e integrarlo en su flujo de trabajo.
1. Pregunta por el pasado, no por el futuro
Pide que te cuenten cómo han resuelto el problema hasta ahora. Esto ofrece información real. En lugar de preguntar si usarían una app para llevar hábitos, pregunta qué hicieron la última vez que intentaron crear un hábito, qué herramientas usaron y por qué dejaron de usarlas. Así sabes qué han probado, qué funcionó y dónde abandonaron. Si no pueden describir su solución actual, probablemente no tienen el problema lo bastante grave para pagar por una solución.
2. Busca gente que ya use soluciones malas
Una señal poderosa es encontrar personas que solucionan tu problema con herramientas que no fueron diseñadas para ello, como hojas de cálculo o scripts improvisados. Si ves equipos registrando feedback en Google Sheets o copiando datos entre herramientas, eso demuestra que les importa el problema. En ese caso tu reto es ofrecer algo mejor que su hoja de cálculo. En Q2BSTUDIO al desarrollar productos y aplicaciones a medida observamos estos patrones y diseñamos soluciones prácticas que sustituyen los atajos y mejoran la experiencia.
3. Atiende las quejas repetidas
Una única queja no significa mucho, pero si un mismo problema surge repetidamente en comunidades o grupos, hay una oportunidad real. Lleva un registro de las frustraciones que ves y busca patrones. Ten en cuenta que quejarse no garantiza pago, pero es un mejor punto de partida que un sí educado.
4. Haz que la gente ponga algo en juego
La validación real requiere compromiso. El dinero es la forma más clara: preórdenes, pagos simbólicos por acceso anticipado, incluso 10 o 20 euros revelan interés real. El tiempo también cuenta: alguien que dedica 30 minutos a una llamada o que se apunta a una lista y luego interactúa con tus correos demuestra interés legítimo. Cuidado con listas de espera enormes con registros de baja fricción: no son sinónimo de adopción real.
5. Observa lo que hacen los usuarios tras el lanzamiento
La validación continua aparece cuando puedes ver el comportamiento real. Mide si la gente vuelve, si refiere a otros, qué funciones usan realmente y si reaccionan cuando publicas novedades. El comportamiento revela la verdad. En Q2BSTUDIO complementamos el desarrollo de software a medida con servicios de inteligencia artificial y analítica para convertir datos de uso en decisiones sobre producto y roadmap.
6. Acepta que no puedes validar todo sin construir
La verdad incómoda es que nunca estarás 100 por ciento seguro hasta lanzar algo y ver si se usa. Las técnicas anteriores reducen el riesgo, pero llega un momento en el que hay que construir y aprender rápido. Construye la versión mínima que solucione el problema central y valida en semanas, no meses.
Señales rápidas de referencia
Señales débiles: familiares diciendo que es buena idea, respuestas a sería que lo usarías, likes y grandes listas de espera con registro de baja fricción.
Señales más fuertes: personas describiendo sus soluciones improvisadas, quejas repetidas, usuarios que dan su email y luego se comprometen, personas que dedican tiempo real en llamadas.
Señales muy fuertes: pagos aunque sean pequeños, beta users que vuelven sin recordatorios, usuarios que refieren a otros, múltiples usuarios solicitando lo mismo y mostrando compromiso.
Conclusión
La diferencia entre validación y realidad es el comportamiento. Observa lo que la gente hace, no lo que dice que haría. Si alguien ya invierte tiempo o dinero en resolver el problema, eso es demanda real. Si solo asiente a tu presentación, es interés cortés y eso no se traduce en usuarios.
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